Estas ilustraciones fueron creadas entre abril y junio del 2013, para el libro de Carlos Fiel "Biorrespiración".
El proceso creativo surgía de la lectura de cada capítulo, y cada una de las ilustraciones acompaña a un capítulo del libro. Todas menos la portada van acompañadas de un texto que la relaciona con el contenido del libro.
Espero que las disfruten tanto como yo al crearlas.
Gracias a Carlos Fiel por su confianza y por la oportunidad de hacer algo tan bello.
Intento expresar la idea de direccionalidad, pero sin usar flechas.
De la guía de la respiración en el movimiento, y de cómo puede construir la postura en la estática.
De cómo el cuerpo, con su sistema respiratorio, es perfecto en sí como la formación aúrea, que coincide con la cabeza y el diafragma (má o meno) de las poses.
Al final el resultado es algo mágico, no?
Como juntar los conceptos de movimiento, sentimiento, sensación y conciencia.
He añadido una 4ª figura, la meditativa, por el proceso ASANA-PRANAYAMA-conciencia-energía.
Los 3 ritmos (respiración, liquido encefaloraquídeo, corazón) que aúnándolos con la práctica nos acercan al ritmo cósmico.
Y el universo como fondo y contenido.
Es la postura del árbol, dónde se espira primero para poder recibir plenamente.
El prana entra en el cuerpo abierto, tranquilo y disponible.
La estructura de la respiración es flexible, la respiración tiene que ser dulce,
como una copa de árbol mecida por la brisa.
Pero el flujo de prana no se estanca, sino que recorre ramas y vientos internos.
Las raíces como la fuerza, las pone el corazón.
La calma se establece en la mente, si se toma la respiración como soporte de la observación.
Los mapas reflejan los distintos espacios, fronteras y distinitas presiones por las que pasa el prana.
El equilibrio es movimiento, la respiración aporta, mece e insufla de vida al cuerpo.
Buscamos la vertical como un buen árbol va hacia la luz. Con la estabilidad conectamos tierra y cielo.
Podemos llegar a los más alto. Tres árboles, porque tres cavidades nos sutentan.
Y en el centro, y como inicio de todo, el vacío y el corazón.
Que todo sea una una búsqueda contínua de LUZ, todo sea movimiento.
La figura forma un círculo, no teniendo ni principio ni fin, participa de su perfección y simboliza el YOGA,
o la unión de los opuestos.
Lo forman las 4 figuras, que en realidad son sólo dos, duplicadas en un espejo de realidad compartida.
Hacia dentro, como la búsqueda del centro, del interior, de la reflexión en el otro y en lo propio.
Como la respiración, el círculo no se completaría sin una de estas fases.
También muestra la intención devocional de RECONOCER al otro como parte íntima del universo.
Siempre rodeados de hermoso prana y sabia naturaleza.
Para avanzar en el yoga nos regimos en el tiempito caracol. La experiencia de crear las condiciones necesarias para establecerse en el SER surge de la práctica.
Las Bandhas trabajan con nuestro sistema energético, al igual que los Mudras, y practicados sabia, lentamente, como el caracol, nos pueden hacer llegar muy lejos.
En el YOGA no hay ciencia oscura, sino la magia del compromiso por la propia evolución y, como consecuencia, la evolución de la humanidad.
El trabajo de sensibilización, de apertura y de conciencia nos lleva a la unión con la totalidad, al eclipse del HATA YOGA. Paso a paso, bendición a bendición.
Las distintas técnicas de Pranayama contienen sabiduría y potencia. Confianza en la práctica, entregarse al regalo del PRANA y meditar.
La meditación es lo más sencillo que puedes hacer, y es aquello que te permite SER.
Pranayama se convierte en una disciplina al servicio del equilibrio y el alineamiento con la vida; hace entrar en contacto con la salud, con la energía creativa y con la consciencia del Prana.
Es un regalo humanitario, ya de primeros auxilios (pranayamas en vez de esperar al boca-a-boca), para reencontrar el orden que envuelve todas las cosas.
Practicar con el gesto en calma, la mente clara y la intención en la UNIDAD, lo mismo que reflejan los ojos de Buda, las pupilas reflejarán el mundo en paz.
Pratyahara es expresión de re-flexionarse, replegarse al interior, establecerse en el propio-cosmos como hogar, como morada.
Sentidos internados en lo profundo, en lo Único. Abrirse al infinito desde dentro y desde el centro.
Pratyahara no es cerramiento o represión, sino apertura y despertar. Condición de alerta íntima y verdadera.
Todas las soluciones están en tu interior, pero hace falta práctica y arraigo para que llegue la autonomía que ofrece Pratyahara.
